martes, 8 de mayo de 2018

La Pulga y el Piojo

El proyecto de los Castillos comenzó con la visita de una Juglara que vivía con la princesa Blancaflor. Ésta vivía sola porque decía que no necesitaba ningún príncipe que la salvara de nada.

Anónima, que así se llamaba la juglara, nos pidió un favor después de cantarnos el romance de la Pulga y el Piojo. Y es que se lo guardáramos porque había un bufón un poco travieso que se lo quería robar.

Pero a nosotros y a nosotras se nos ocurrió una idea mejor. Aprendernos el romance, crear un vídeo y subirlo a Youtube para que todo el mundo pudiera disfrutarlo siempre que quisieran y de esta forma ningún bufón lo podría robar.

Dividimos el romance por estrofas, las repartimos, para que cada uno se aprendiera una para grabarla después. Y las numeramos para saber el orden en el que actuaríamos.



Nos las llevamos a casa para practicar. En clase también la representábamos. Algunas había que expresar tristeza pero otras alegría...

Diseñaron su propio escenario y lo dibujaron para insertarlo utilizando Croma.

Practicamos con instrumentos en varias sesiones.

Y lo grabamos:


Comprobábamos que el plano fuera el correcto sin tapar nuestro dibujo y sin salir de la imagen.

Y este fue el resultado:



Tengo que aclarar que en el vídeo no estaba planificado que saliera yo. Pero se nos quedó una estrofa sin repartir e insistieron en que debía de ser yo. Ellos y ellas disfrutaron grabándome y viéndome posteriormente en él.

Pero este vídeo tiene invisibles que solo yo me llevo. Me emociono al ver a niños y niñas que les cuesta una barbaridad hablar en público. Que no dudaron ni un momento a la hora de participar ni en el proceso. Que se esforzaron más que en otras propuestas que creo que son interesantes. Que su expresión lingüística se ha visto mejorada... creo que se me están haciendo mayores...

Y el estreno oficial para las familias fue en nuestra fiesta de los Castillos. Ahora para el mundo.


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